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Del Cabildo al Palacio Estrugamou: íconos del patrimonio arquitectónico porteño
31 de Octubre de 2025
Buenos Aires es una ciudad que respira historia en cada esquina. Desde las viejas galerías coloniales hasta los palacios afrancesados del siglo XX, su arquitectura cuenta los capítulos más importantes de nuestra identidad.
En este recorrido, te invitamos a viajar del Cabildo al Palacio Estrugamou, dos íconos del patrimonio arquitectónico porteño que revelan cómo la ciudad creció, se transformó y se convirtió en una de las capitales culturales más fascinantes del mundo.
🕰️ El Cabildo: los orígenes de la ciudad colonial
En pleno corazón de la Plaza de Mayo se levanta el Cabildo de Buenos Aires, una construcción que nació junto con la ciudad. Sus obras comenzaron a fines del siglo XVII, cuando el edificio funcionaba como sede del poder político y administrativo del Virreinato del Río de la Plata.
Con su galería de arcos de medio punto y su austera torre central, el Cabildo encarna el estilo barroco colonial, caracterizado por el uso de materiales locales —como la cal, la teja y la madera— y una impronta sencilla pero sólida.
A lo largo de los siglos, el edificio fue testigo de momentos clave, desde las reuniones del Cabildo Abierto de 1810 hasta las transformaciones urbanas del siglo XIX.
De hecho, su estructura original fue reducida varias veces por la apertura de la Avenida de Mayo y la Diagonal Sur, que modificaron por completo la fisonomía del entorno.
Hoy, el Cabildo sigue en pie como un símbolo de los orígenes de Buenos Aires y del nacimiento institucional de la Argentina. Su museo conserva documentos, objetos y maquetas que permiten imaginar cómo era la vida en aquella aldea colonial.
🕍 Del neoclasicismo al esplendor europeo
Durante el siglo XIX, Buenos Aires comenzó a mirar hacia Europa. La prosperidad del país y el crecimiento de su élite trajeron consigo nuevas ideas y estilos arquitectónicos. Las casas bajas de la colonia dieron paso a edificios inspirados en los grandes modelos del Viejo Continente.
El neoclasicismo, con su simetría y sus columnas majestuosas, se instaló en los edificios públicos. Luego, llegaron el art nouveau y el academicismo francés, que marcaron el período de mayor esplendor urbano.
En esos años, surgieron residencias monumentales como el Palacio Paz, el Palacio Ortiz Basualdo o el Palacio Pereda, verdaderas joyas que transformaron a Buenos Aires en “la París de Sudamérica”.
Esta fusión de estilos consolidó el carácter cosmopolita de la ciudad, que buscaba combinar elegancia, modernidad y una identidad propia.
El Palacio Estrugamou: la elegancia francesa en Recoleta
Ubicado en la esquina de Juncal y Arroyo, en el distinguido barrio de Recoleta, el Palacio Estrugamou es uno de los edificios más admirados de Buenos Aires. Fue construido entre 1924 y 1929 por el arquitecto Eduardo Le Monnier, a pedido del empresario agropecuario Alejandro Estrugamou.
El edificio pertenece al academicismo francés, con claras influencias del neoclasicismo y el estilo Beaux-Arts. Su fachada simétrica, las esculturas ornamentales y sus balcones con hierro forjado reflejan el lujo y la sofisticación de la época.
En su interior, destacan la gran escalera de mármol, los patios internos con pisos de mosaico y las lámparas de bronce que evocan la opulencia de la Belle Époque. No por nada fue concebido como un palacio residencial, pensado para albergar departamentos de lujo con estándares europeos.
Hoy, el Palacio Estrugamou continúa siendo un edificio residencial y está protegido como patrimonio histórico de la ciudad. Caminar frente a su fachada es revivir el glamour de la Buenos Aires de los años veinte, una ciudad que soñaba en francés.
🧭 El valor del patrimonio arquitectónico porteño
La arquitectura de Buenos Aires es un verdadero mosaico de estilos y épocas. Del barroco colonial al racionalismo moderno, cada edificio representa una etapa del desarrollo urbano y cultural de la ciudad.
La Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos cumple un rol fundamental en la preservación de estas obras, garantizando que los futuros porteños puedan seguir disfrutando de su valor histórico y artístico.
Cuidar este legado no es solo una cuestión estética: también es una forma de preservar la memoria y la identidad urbana. El turismo cultural, las rutas arquitectónicas y la restauración responsable son aliados claves para mantener viva la historia en las calles de la ciudad.
En Toribio Achával, nos apasiona la arquitectura que define a nuestra ciudad. Por eso, te invitamos a redescubrir estos tesoros urbanos, recorrer sus calles con mirada curiosa y valorar el patrimonio que hace de Buenos Aires un lugar único en el mundo.