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La sede del Jockey Club: Un edificio con historia

19 de Enero de 2023

La casona de una de las damas de más renombre de nuestro país y el Club característico de la aristocracia argentina, unidos en un novelesco giro del destino.

Entre las bellísimas casonas del barrio de Retiro y los atractivos departamentos en Recoleta, se alza la sede social del Jockey Club Argentino en uno de los edificios de Buenos Aires con más historia. Perteneciente a Concepción Unzué de Casares, una de las damas de la antigua aristocracia argentina, el palacete fue construido a finales del siglo XIX por el reconocido arquitecto e ingeniero Juan Antonio Buschiazzo. El mismo forma parte de un conjunto arquitectónico más amplio que se extiende hacia la calle Libertad y está conformado por las residencias de las tres hermanas Unzué: Concepción Unzué de Casares, María Unzué de Alvear y Ángela Unzué de Álzaga.

A principios del siglo, el Jockey Club de Buenos Aires tenía su propia sede en la calle Florida. Fue el fundador del club, Carlos Pellegrini, quién se ocupó personalmente de cada detalle del moblaje y decoración de la casa, junto al ministro Miguel Cané, quien envió desde París los lujosos cortinados, alfombras, panoplias, las arañas de cristal y los faroles del frente del edificio. También se colocó por primera vez, en la cima de la imponente escalera, la escultura de la Diana de Falguière, símbolo del Jockey Club Argentino. Sin embargo, en 1953, fue víctima de un terrible incendio que destruyó la mayor parte del edificio.

Luego de la pérdida de la majestuosa sede de la calle Florida, la sede del Jockey Club pasó a una casona en la calle Cerrito, perteneciente a la familia Estrugamou, para luego encontrar su lugar definitivo en la casona de la avenida Alvear que se encuentra, casi poéticamente, frente a la plazoleta que lleva el nombre de su afable fundador: Carlos Pellegrini. 

En la sede actual, se hicieron arduos trabajos de reciclaje que, si bien respetaron los ambientes de la recepción tal como eran cuando aún vivía allí su antigua propietaria, doña Concepción Unzué de Casares; también le dieron a la casa la impronta del Club que requería de ciertas comodidades para su mejor funcionamiento. De este modo, los socios del Jockey Club pueden disponer de amplias dependencias, un vasto comedor, una cómoda sala de armas y una inmensa biblioteca con 62 mil ejemplares. También se volvieron a colgar pinturas de firmas reputadas, a hablar de turf, a brindar reuniones culturales y se irguió a la Diana de Falguière, salvada del incendio de 1953, dándole nueva vida social, cultural y arquitectónica a una de las joyas arquitectónicas de nuestra bellísima ciudad.

Hoy en día el Jockey Club cuenta también con un campo de deportes donde se puede disfrutar de distintas actividades y un golf club de dos canchas, diseñadas en 1930 por Allister Mackenzie que cuentan con 18 hoyos cada una y se denominan Azul (6.378 yardas) y Colorada (6.577 yardas). Las instalaciones están a disposición de los socios y se encuentran en San Isidro.

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