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Quinta Los Ombúes: Una historia de amor prohibido en San Isidro

16 de Marzo de 2023

Un edificio histórico de San Isidro que fue escenario de un amor revolucionario para la época de la colonia e involucra a una de las mujeres más interesantes de la historia argentina.

En el Paseo de los Tres Ombúes hay una casa que destaca por sobre otras propiedades en San Isidro: La quinta Los Ombúes. Este flamante ejemplar de arquitectura colonial tiene como eje central el patio del aljibe, desde donde hoy se accede al Museo Dr. Horacio Beccar Varela, nombrado así en honor a quien donó el edificio al Municipio para convertirlo en un lugar de acceso público a la casa que, como otras que hemos nombrado en este blog, encierra un pedacito de historia nacional. Después del ingreso, se pueden recorrer las antiguas habitaciones de la casa, hoy transformadas en salas de museo, entre las cuales se encuentra una réplica del dormitorio de Mariquita Sánchez de Thompson, protagonista de la historia que hoy nos convoca.

No hay duda de que María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo, más conocida como Mariquita Sánchez, es una de las mujeres más influyentes de la historia de nuestro país. Por pertenecer a una de las familias más acomodadas y prestigiosas de la época, recibió una educación con los mejores maestros de ese tiempo: aprendió cultura general, artes, música, idiomas y buenos modales y logró una formación envidiable. Con los años, se integró en varios círculos intelectuales y comenzó a codearse con representantes de la Generación del 37, el movimiento intelectual que fundó el Salón Literario en Buenos Aires, al que adhirieron distintas personalidades como Domingo F. Sarmiento, Esteban Echeverría, Bartolomé Mitre, Vicente F. López, José Mármol y Miguel Cané, entre otros. Fue en una de sus afamadas tertulias que se entonó por primera vez el himno nacional y también fue ella quién, en una época en la que los padres ejercían un control total sobre sus hijos, decidió luchar por su amor. 

Cuando tenía 14 años, Don Cecilio Sánchez de Velasco, su padre, la prometió a su primo, Diego del Arco, un viudo de 50 años. Sin embargo, Mariquita ya había encontrado a su gran amor: Martín Thompson, otro primo recién llegado de hacer la carrera militar en España y solo 9 años mayor. Por aquel entonces, regía la Real Pragmática sobre Hijos de Familia, la cual establecía que los hijos de “blancos” menores de 25 años solo podían casarse si contaban con el consentimiento de sus padres o tutores. A su corta edad, Mariquita decidió desafiar la norma y le envió una nota al virrey Del Pino para que le permitiera romper el compromiso y contraer matrimonio por voluntad propia. 

Ante la negativa rotunda de Mariquita para casarse con Diego y su insistencia para desposar a Martín, Don Cecilio procuró enviarla a algún lugar en que esté alejada de su amante y así, disuadirla de su cometido. Mariquita fue enviada a la quinta Los Ombúes, la residencia de veraneo de la familia Sánchez. No obstante, lejos de apagar las llamas de su amor, los enamorados se las arreglaban para encontrarse a escondidas. Como en una película de Hollywood, Martín se disfrazaba de pescador, mendigo y horticultor para escabullirse en los jardines y poder mantener sus encuentros furtivos. 

Al morir Don Cecilio, los jóvenes enamorados intentaron nuevamente contraer matrimonio, pero ante la negativa de la madre de Mariquita, nuevamente tuvieron que tomar cartas en el asunto. Iniciaron un “juicio de disenso” ante el virrey Sobremonte, mediante el cual la pareja intentó conseguir el permiso. El procedimiento jurídico que llevó a cabo Mariquita  duró 13 días y fue uno de los más resonados de la época. Finalmente, y para la sorpresa de muchos, el virrey falló a favor de los enamorados y Mariquita logró tener un matrimonio voluntario y por amor. En los años que siguieron, tuvieron cinco hijos: Clementina, Juan, Magdalena, Florencia y Albina; Martín Thompson fue primer capitán de puertos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y Mariquita comenzó a desarrollarse como mujer adelantada en la sociedad argentina, una formada opinión sobre la situación política y económica de la región en la que le tocó vivir y un papel activo en los círculos intelectuales de la época.

En la actualidad, a 218 años del final feliz de Mariquita y Martín, la quinta Los Ombúes está abierta al público de manera gratuita. Se puede visitar la biblioteca y archivo histórico, recorrer el museo o disfrutar de su jardín mirador hacia la barranca y el río, que se destaca por sobre otros jardines de San Isidro por sus árboles históricos y la vista al paisaje característico de la zona. 

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