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200 años del Cementerio de la Recoleta
28 de Noviembre de 2022En el bicentenario de su construcción, repasamos la historia de la necrópolis más famosa de la ciudad.
Quizás por un guiño arquitectónico o por un giro poético, El Cementerio de la Recoleta está justo en el corazón del barrio del mismo nombre. Trazado por el ingeniero francés Próspero Catelin y construído en 1822, el Cementerio se pensó como el primer cementerio público de la ciudad como parte de un proceso de secularización. La imponente necrópolis se alza entre modernos edificios de departamentos en Recoleta y casonas clásicas como Aberg Cobo; más específicamente al lado de la Basílica Nuestra Señora del Pilar, otro emblema del barrio, en el predio que los monjes usaban como huerta.
Hacia fines del siglo XIX, durante la belle epoque del país, las familias pudientes de la ciudad comenzaron a mudarse a la zona y adoptaron la necrópolis como lugar de descanso para sus seres queridos y, de la misma manera que levantaron opulentos palacios para vivir, construyeron panteones llenos de esplendor para pasar la eternidad. Gracias a la avivada competencia entre los miembros de la élite porteña por destacar entre sus pares, muchas de las bóvedas y mausoleos fueron diseñados por importantes arquitectos y se decoraron con lujosos mármoles y esculturas. Es por eso que más de 90 bóvedas han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.
Además de ser uno de los lugares con mayor valor histórico y arquitectónico, el Cementerio alberga a muchos referentes de la política, cultura e historia argentina. Entre sus pasillos podemos encontrar las bóvedas de Eva Perón, Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Bioy Casares, Silvina y Victoria Ocampo, Oliverio Girondo y Regina Pacini de Alvear, por solo nombrar algunos. También, al igual que muchos otros, el Cementerio de la Recoleta guarda muchas historias y mitos urbanos entre sus paredes, como la de Liliana Crociati (representada fuera de su tumba en una escultura junto a su perro), David Alleno o La Dama de Blanco.
Acercate al Cementerio de la Recoleta en su bicentenario y disfrutá de un paseo único entre magníficas obras arquitectónicas y los fantasmas de una época dorada para nuestro país.