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Palacio de aguas: tesoro histórico de la arquitectura porteña

10 de Noviembre de 2023

Su majestuosa y ecléctica fachada resulta imposible de ignorar. Supo ser el reservorio de agua de toda la ciudad durante casi un siglo. Uno de los edificios más atractivos y emblemáticos de la arquitectura de Buenos Aires, declarado Monumento Histórico Nacional en 1989. Creado como depósito de gravitación para la distribución de agua potable, cumplió esta función hasta 1978.

Historia

El servicio de agua potable presentaba serias deficiencias. A esto se le sumaban los problemas de hacinamiento que, en gran parte, también contribuyeron al aumento de las epidemias, como la del cólera en 1867 y la de la fiebre amarilla en 1871. Por eso, las autoridades tomaron la decisión de proveer a la capital de una red de agua corriente de avanzada, aprovechando una época de abundancia económica y de prosperidad.

El verano de 1877 encontraba a Buenos Aires agobiada por el calor y con un pequeño tanque de 2.700 metros cúbicos ubicado en la Plaza del Congreso, el Estanque Lorea, como único depósito de agua para todas sus necesidades. Este depósito era a todas luces insuficiente. Existía consenso, entonces, sobre la imperiosa necesidad de construir un gran tanque distribuidor de agua corriente para Buenos Aires.

El proyecto del Gran Depósito de Servicio recién sería elevado por la Comisión de Obras de Salubridad en mayo de 1884 y por ley de octubre de ese año se autorizaron los fondos para su construcción -casi el 50 por ciento del total destinado a las obras de saneamiento que se realizarían en la Capital.

La obra tardó 7 años en ser construida, de 1887 a 1894, y en ella participaron más de 400 personas.

¿Por qué construir un palacio para abastecer de agua a la ciudad? 

Aprobándose hacia 1886 e iniciando su construcción en 1887, la intención del Gobierno se centraba en levantar un monumento a la higiene pública, un verdadero edificio de aguas argentinas que estuviera visible a los ojos de los ciudadanos. Su objetivo era presentar una obra “vistosa”, de aquellas que sólo tenían lugar en las grandes capitales del mundo.

Arquitectura

Ubicado en la zona de Recoleta. en pleno corazón de Buenos Aires,en el barrio de Balvanera, y rodeado por jardines y una reja de hierro fundido, cuenta con una planta cuadrada de alrededor de 90 metros de lado y 20 metros de altura, convirtiéndose en uno de los edificios de buenos aires favoritos.

Construido en ladrillos con paredes que oscilan entre 1,80 m de espesor en planta baja y 60 cm sobre el nivel del cornisamento superior, la volumetría se refuerza en sus esquinas con cuatro torres que sobresalen levemente de la misma forma que sobresalen los volúmenes que enmarcan los accesos desde el centro de cada fachada. 

Su planta baja se encuentra sobreelevada enfatizando el aspecto monumental y sus accesos se encuentran jerarquizados con pilares y arcos rebajados, siendo el principal el que presenta una cúpula central dominando el conjunto.

El estilo arquitectónico elegido para este Palacio -en realidad, el que predomina, dentro del eclecticismo que lo caracteriza- es el renacimiento francés, con esbeltas mansardas de pizarras y, recubriendo los cuatro frentes de una cuadra de longitud, piezas de cerámica vitrificada en multiplicidad de formas y colores, que llegaron por barco desde Inglaterra. Cada pieza tenía su ubicación perfectamente definida en planos y con un número en su parte posterior que indicaba la posición relativa sobre los ladrillos de las fachadas. Esta suerte de mecano de alta precisión es el que permitió adherir cornisas, ornamentos, escudos, etcétera, unidos sólidamente entre sí y con los mampuestos de muros, con lo que se logró una magnífica estabilidad a través del tiempo.

En su interior, el edificio tiene tres niveles y contiene doce tanques de agua con una capacidad de 72 millones de litros de agua, sostenidos por una gran estructura portante de 180 columnas fabricada en Bélgica. En el centro de este palacio hay un patio interno pensado para proveer de aire y luz al lugar.

En 1974 fue parcialmente demolido para una reforma integral de la institución. En estado original solo permanecen la fachada de Av. Córdoba y sobre calle Riobamba y Ayacucho, dos sectores de los frentes. Pequeños jardines los rodean, cerrados por una destacable reja de herrería que apoya sobre pilares de mampostería. 

Actualidad

Actualmente, tiene oficinas administrativas, de atención al usuario y es sede del Programa Cultural de AySA, que reúne al Museo del Agua y de la historia sanitaria, la Biblioteca Ing. Agustín González (especializada en Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente) y un importante Archivo Histórico de Planos y Expedientes. 

También puede visitarse de manera gratuita de lunes a viernes, con cupos limitados. 

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